Poema de un amigo

¿Qué pasa con Aurora cuando no suena su música? Mi corazón reclama una especie de continuidad mágica, una ilusión (como toda música) que haga que el sentimiento sea reaborvido por los "objetos". Los mismos agujeros que encontré en el sonido tienen que estar en la madera, los arreglos de notas y arpegios que diferencian una melodía triste y oscura de una alegre y brillante, hay que buscarlos entre el polvo de los libros del altillo y el corazón de las mujeres en la calle.

En esa búsqueda estaba y la poesía llegó. Un chico de mi edad se plantó en mi jardín y hablamos en torno a la pregunta "¿Qué es el arte?". Después lo empecé a querer, y creo que él a mi también, y me régaló un librito suyo con algunos poemas que me dieron un fuerte impulso para seguir adelante con esta idea de buscar la música en la "realidad".

Mi agradecimiento es muy grande con Marcos Lizenberg. Acá está el segundo poema de su libro "Infamia".

Vuelcos

La rosa es pesada
si el trazo ingrávido
de una sombra
no la confirma.

La rosa es amarga
si el aire pérfido
que la anima
no la cansa.

La rosa es triste
si el silencio inhallable
de un recuerdo
no la habita.

Hoy, en el aplomo de tu roce,
alumbro una duda:

entre tus vuelcos
de rosa convidada,
¿no suspenderá la razón
el desvelo de su único olvido?

Gracias por leer. Se agradecen los comentarios. Tomás.

1 comentario:

Anónimo dijo...

As� como la m�sica puede "ser" en la realidad, la poes�a puede sentirse en el nervio de la carne (salute, Artaud!). Como oscuros instantes, como vuelcos, se nos revela con el poder de lo que est� ah� irrevocable y maravillosamente. La amistad es as�. Una luz potente y el�ctrica, n�tida y llena de gorriones. Gracias, amigo Tom�s, amigo Chipo. Fue tu jard�n el que me llam� a m�,

Marcos.